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ESPAI 13 | FUNDACIÓN JOAN MIRÓ | BARCELONA


CICLO UN PIE FUERA. EXPEDICIONES Y DIÁSPORAS

17.11.16 - 08.01.17


«La praxis poética trasciende el pensamiento puro y materializa sus objetos, al margen de lo que se haga. La experiencia poética no es más que esta transgresión»

Armen Avanessian, filósofo austriaco. 1973


Todo objeto es un espacio temporal,
es el proyecto de Nicolás Lamas, para la segunda exposición del ciclo Un pie fuera. Expediciones y diásporas en el Espai 13 de la Fundación Miró. En él se plantean una serie de encuentros y diálogos abiertos entre piezas que giran en torno a lo objetual, lo visual y lo digital bajo diferentes aproximaciones. A través de ellas, y mediante el interés por la imagen y el objeto en relación con el lugar que cohabita, Lamas explora la carga poética que se activa al interactuar físicamente con ciertos elementos, tomándolos como espacios activos desde múltiples niveles de datos y susceptibles a cambios de forma y contenido dentro de sus procesos de transformación. Una manera de entender y establecer fisuras entre el mundo físico y sus rastros, que supone especular sobre los materiales que los componen, su función en el mundo, y su relación con otros objetos.

En este sentido, la puesta en crisis entre la relación sujeto-objeto-realidad, y los límites espaciales marcan el tono conceptual de una exposición centrada

en el análisis de diferentes relaciones causales entre cultura y naturaleza, imagen y materia, e información digital y realidad. Una red de vínculos entre objetos e imágenes que nos llevan a redefinir y pensar la naturaleza de las cosas bajo otros criterios: por un lado, intenta poner en evidencia las inconsistencias que se generan entre el mundo físico, y los sistemas de representación y pensamiento que lo construyen; por el otro, se centra en las relaciones entre conocimiento, poder y forma que determinan el modo en que percibimos e interactuamos con nuestro entorno. Un intercambio de información y de flujo continuo de energía, -en que nada permanece, o en que todo se transforma- que actúa dentro de un sistema, que a su vez forma otro sistema y así sucesivamente, a partir de conceptos como espacio, materia, superficie, energía, tiempo o rastro.


Siguiendo esta lógica, la exposición toma como punto de partida la noción de entropía, como grado de desorden dentro de un sistema. A partir de una serie de esculturas, fotografías y trabajos videográficos instalados en la sala, el artista analiza cada pieza como un contenedor de espacio, como un contenedor con diferentes capas de información, dispuesto a modificar y alterar su estructura abriendo múltiples lecturas: algunas muy precisas y construidas de una manera muy particular que desarrollan una asociación que va más allá de sus propios límites; y otras, como una especie de desarraigo de su significado original y su autonomía como objeto, comprendiendo el territorio y el lugar como un todo.

Para ello, la instalación se activa mediante diversas piezas. En la pared central del Espai 13 se muestra Blind gestures (2014-2016), una serie de imágenes de gran tamaño que explora los límites que separan el cuerpo y los datos digitales a través de pantallas táctiles. Una relación inusual entre dos dispositivos electrónicos que utiliza el scanner como herramienta fotográfica para exponer la información que se centra en el espacio de acción de las tabletas digitales. En este caso, las imágenes adoptan un carácter pictórico que responden a una expresión más corpórea y performativa de la identidad y el retrato de cada dueño, incorporando huellas, gotas de saliva, partículas de polvo, pelos, y rasguños, que añaden nuevas capas traduciendo y conectando ambos lados de la pantalla.

Plato's cave (2016), presenta varios rastros de luz sobre un soporte videográfico asociado al mito de la caverna de Platón, en la cuál se proyecta solamente sombras del mundo real en su interior, como algo sutil, efímero que sucede al otro lado. Una puesta en escena sencilla, la de una pantalla rodeada de vegetación que resulta difícil predecir lo que se está proyectando. Aquí Lamas fija su atención en el elemento geométrico que irrumpe en el espacio natural desde una realidad exterior muy definida (árboles y follaje) que contrasta con el proceso dinámico e impredecible de la luz proyectada. Algo parecido en lo que sucede entre la información digital de la tableta gráfica y las huellas abstractas una vez las usamos.

Con un carácter parecido Black mirror (2016) nos muestra una versión oscura de la realidad que tiene el espectador al verse reflejado a través de una pantalla negra, vacía pero reflejante. En este caso Lamas se decanta por la posibilidad de ver un mundo enmarcado a través del reflejo que genera una superficie que confronta el cuerpo a través de su propio reflejo. Algo parecido ocurre en Partial View (2013-2016) en que la interacción es incompatible, mediante un dispositivo que trata de registrar y digitalizar la realidad frente la materia haciendo un guiño al peso de la imagen digital y al colapso tecnológico.

En otro nivel, se alza Stop motion #3 (2016) a partir de un plano escultórico moldeable donde los visitantes de la exposición pueden intervenir constantemente, dejando marcas, huellas y gestos que se superponen creando una pieza en constante transformación y modificada bajo diferentes criterios sin ninguna finalidad o resultado concreto que se pueda controlar. Una gestualidad híbrida entre la imagen en movimiento de la pantalla y una escultura con cambios constantes en cuerpos y marcas.

Por último, la exposición se complementa por diferentes piezas repartidas por la sala, que conviven entre la pared, el suelo, o instaladas en mobiliarios del propio almacén de la Fundación. Mediante diferentes analogías Lamas crea un microcosmos que combina juegos de palabras, desorganiza estructuras útiles, genera capas de información y también las suprime para visibilizar una perdida de función. De este modo, hace evidente la relatividad entre objeto, mirada, y frontera espacial  tratando de subrayar esa capacidad de interacción y de re-organización entre elementos, datos, códigos, y rastros que se van superponiendo a partir de acciones y sucesos que tratan de coexistir entre si. Un análisis que va de la realidad al vacío, de la materia a la luz, de la información analógica a la digital, de los límites rígidos a los flexibles, dando luz a lo que no se ve, y pareciendo constatar un cambio de lógica en nuestra forma de entender el espacio que cohabitamos y nuestro mundo.









Nicolás Lamas: Todo objeto es un espacio temporal